SAN JUAN – El representante José Aponte Hernández, junto al presidente de la Cámara, Carlos ‘Johnny’ Méndez Núñez y el representante Joel Franqui Aquiles, radicaron una resolución dirigida a evaluar la implementación y efectividad de la Ley 218-2008, mejor conocida como Ley para el Control y la Prevención de la Contaminación Lumínica, con el propósito de tomar las acciones legislativas y administrativas necesarias que deban adoptarse para mejorar la misma.
“La protección de los recursos naturales es un deber impuesto por la Constitución de Puerto Rico. Como parte de esta responsabilidad debemos corroborar la implantación de la Ley 218-2008 y si esta cumple con los objetivos para los cuales fue promulgada, que el Gobierno actúe afirmativamente, tomando las medidas necesarias y adecuadas que no sólo vayan dirigidas a una reducción actual, sino que aseguren la eliminación total de este tipo de contaminación. De ese modo, mejoraremos la calidad de vida de nuestro pueblo y le garantizaremos a nuestros niños su derecho de disfrutar de un cielo estrellado en muchos años por venir”, expresó Aponte Hernández en la exposición de motivos de la medida.
La Ley 218 creó el Programa para el Control y la Prevención de la Contaminación Lumínica, adscrito a la entonces Junta de Calidad Ambiental.
El mencionado programa tiene como propósito “prevenir y controlar la contaminación lumínica de los cielos nocturnos para el disfrute de todos nuestros habitantes, el beneficio de la investigación científica de la astronomía, proteger y salvaguardar las condiciones que permiten la apreciación del fenómeno de la bioluminiscencia, promover la obscuridad para poder apreciar la luz de los astros, permitir la transición inalterada de los neonatos de tortugas marinas hacia el mar, mantener las condiciones apropiadas para proteger el ritmo circadiano de las especies de vida silvestre.
La Ley 218 igualmente dispuso que el 9 de agosto de cada año se celebre el Día para la Concienciación sobre la Contaminación Lumínica en Puerto Rico. Entre los propósitos de dicha actividad está el concienciar a los ciudadanos sobre cómo contribuir a la reducción de la contaminación lumínica ambiental en Puerto Rico
La contaminación lumínica significa el efecto adverso de luz artificial que provoca reflejos en los cielos nocturnos. Es el resplandor de la luz artificial, ocasionado por el uso inadecuado de lámparas o luminarias y/o excesos de iluminación.
Entre las consecuencias de la contaminación lumínica se encuentra el desperdicio de energía y dinero, contribuir al cambio climático y a la generación de residuos durante la producción de ese exceso de energía, efectos contaminantes ocasionados por residuos tóxicos de las lámparas usadas, alteración en los ciclos de diversas especies de animales, principalmente de las aves y pérdida de la visibilidad del cielo nocturno.
En el caso de Puerto Rico, el exceso de luz artificial o contaminación lumínica afecta a especies como tortugas y aves. Otra consecuencia grave de la contaminación lumínica en la Isla es su efecto negativo en la bioluminiscencia, un fenómeno que puede observarse en la Bahía Puerto Mosquito en Vieques, Laguna Grande en la reserva de las Cabezas de San Juan, en Fajardo y la Bahía Fosforescente de La Parguera en Lajas. Además, esta contaminación lumínica nos impide ver las estrellas en el cielo.