Por: Redacción Presencia
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SAN JUAN- Una alianza de 16 organizaciones de profesionales de la salud abogó hoy por la eliminación de las licencias de botiquín requeridas a pediatras, podiatras, y dentistas, entre otros especialistas, de manera que puedan administrar medicamentos “en el curso normal de sus prácticas”.
El llamado de los profesionales de la salud, miembros de las escuelas de Farmacia y Salud Pública de la Universidad de Puerto Rico (UPR), el Colegio de Médicos, el Colegio de Cirujanos Dentistas, la Asociación de Farmacias de la Comunidad, la Asociación de la Industria Farmacéutica (PIA por sus siglas en inglés), la Academia Americana de Pediatría y la Coalición de Vacunación de Puerto Rico, entre otras organizaciones, está contenido en las recomendaciones que el grupo presentó a la legislatura en torno a los proyectos de ley presentados en Cámara y Senado, y que eliminarían el requisito de una licencia de botiquín a los médicos en Puerto Rico para poder comprar y dispensar medicamentos.
“Los cambios que hemos recomendado en la Ley de Botiquín son, específicamente, dos. El primero es en torno al proceso mediante el cual había que solicitar la licencia de botiquín, por parte de los médicos, podiatras y dentistas en sus oficinas… y a la vez salvaguardar la forma en que se almacenan esos medicamentos”, explicó la decana de la escuela de Farmacia de la UPR, Wanda Maldonado.
De acuerdo con Maldonado, el propósito de estas recomendaciones no se aparta de los de la ley vigente, sin embargo, recalcó que bajo el actual estatuto el proceso es sumamente burocrático, existiendo la posibilidad de que un médico que solicita una licencia de botiquín deba esperar hasta un año para obtenerla mientras espera por que el estado vaya a inspeccionar las facilidades en su oficina.
Maldonado aclaró que con las recomendaciones del grupo no se pretende que las oficinas de los médicos se conviertan en almacenes de medicamentos, sino de que el médico tenga acceso en su oficina a lo que puedan necesitar durante el curso normal de su práctica. Maldonado fue enfática al señalar que “en donde corresponde despachar medicamentos a los pacientes en las farmacias”.
Para establecer el control sobre las condiciones en que se conservarán los medicamentos, el grupo de profesionales propone un Registro Trienal de Medicamentos, cuya supervisión estaría a cargo de la Secretaría Auxiliar para la Reglamentación y Acreditación de Facilidades de Salud (SARAFS). Dicho registro incluiría información que ya es requerida por la licencia de botiquín –credenciales del médico, tipos de medicamentos a ser despachados en la oficina y que los mismos no serán despachados para el uso general de los pacientes.
De acuerdo con Maldonado, al agilizarse este proceso también se agiliza el acceso de los pacientes a los medicamentos, según lo requiera la práctica usual.
Las recomendaciones del grupo de profesionales de la salud están enmarcadas en lo que el presidente del Colegio de Médicos, el doctor Víctor Ramos, identificó como una baja en los índices de vacunación en Puerto Rico. La eliminación de la licencia de botiquín permitiría a los pediatras a mantener un inventario de las vacunas más comunes en sus oficinas y dispensarlas.
Según Ramos, esa baja en los índices de vacunación se debe a las limitaciones que la Ley de Botiquín impone a los médicos, las diferencias en torno a la compensación y otras condiciones que provocaron que los pediatras fueran desistiendo de ofrecer ese servicio. Ramos señaló además, que la existencia de campaña para evitar la vacunación en niños ha contribuido a reducir los índices de vacunación. No obstante, el Ramos, quien es pediatra, no elaboró sobre el particular, sino que se reafirmó en que “no existe ningún estudio científico que indique que la vacunación no es efectiva” en la prevención de enfermedades.
Como cuestión de hecho, al presente existe una moratoria en la Ley de Botiquín como consecuencia del brote epidémico de influenza que se ha registrado en la Isla y que ha cobrado la vida de al menos cinco personas. Bajo la moratoria, médicos pediatras y otros profesionales de la salud pueden vacunar a pacientes en sus respectivas oficinas.